lunes, 22 de marzo de 2010

Llegué al punto de ¿cómo sigo ahora? Los cambios me pueden, me desorientan, me arrancan partes. Hace un par de horas escuché una motosierra violenta cerca del balcón. Me asomé y ahí estaba la cuadrilla municipal cortando el árbol de la puerta de mi edificio, el que se llenaba de pajaritos que cantaban en mi ventana y hacía más bonito el paisaje de ciudad. Pensé que lo iban a podar, pero lo cortaron completo, de raíz. Ahí quedaron todos los pedazos de tronco, ramas apiladas, hojas desparramadas por el piso, barro y madera hecha polvo. Siempre adoré ese árbol, y me quedé mirando desde el balcón como se convertía en escombros, sin poder hacer nada. Es posible que si no lo sacaban, la próxima tormenta se iba a encargar de derribarlo. Pero a mi me gustaba tenerlo ahí.

Así como al árbol, estos últimos meses tuve que arrancar muchas cosas de raíz, algunas con mis propias manos, otras de forma más brusca quizá. Pedacitos míos apilados por ahí y un vacío extraño, desordenado. Mientras, el mundo sigue y yo trato de ordenar los recuerdos para que construyan, y no destruyan.


Doctor: What are you doing, Honey? You’re not even old enough to know how bad life gets.
Cecilia Lisbon: Obviously, Doctor, you’ve never been a 13-year-old girl

2 cucos:

Anónimo dijo...

Hasta a mi me dolió pensar en el indefenso árbol talado.

Pero hay cambios que se pueden hacer por elección y que nos ayudan a transformarnos. Espero que tu proceso te enriquesca y te ayude en tu crecimiento.

Saludos

laura.va dijo...

gracias ;) besos!